miércoles, 2 de junio de 2010

Plátano de Ébano


Se que nunca es bueno caer en repeticiones, sobre todo si se trata de un material literario. Eso siempre lleva a aburrir al lector, quien rápidamente pierde el interés, y más que nunca en este mundo de internet multi-ventana, corremos el riesgo de ser removidos de la pantalla rápidamente...
Es por esto, que uno mismo se pregunta si vale la pena volver sobre las semejanzas y similitudes con este fruto. Y luego de un intenso debate interno, la respuesta es un SI contundente.
Contundente por la semejanza. Contundente por la estrecha relación que encuentro en su anatomía casi perfecta. Contundente por la pieza que ha caído como un único bloque. En fin, esta palabra lo describe todo. Y al hablar de descripción, claro que debemos ir al detalle de la fotografía:
Quisiera comenzar acaso por lo nimio, por aquello que simplemente es un destello en medio de lo absoluto de la muestra. El "Cabito". Es simplemente per-fec-to! La longitud exacta, la proporción de diámetro justa respecto del cuerpo, es claramente un toque de autor.
Si observamos la pieza como un todo, podemos ver, justamente, que aquí coincidiremos en decir que esto se trata de un solo bloque. Cual escultura de Miguel Angel, entre tantos otros grandes artistas del marmol, quienes por pedido de algún adinerado de la época tallaban inertes bloques de marmol entero para darle vida con una creación majestuosa, nuestra muestra no le va en saga. Esto supo ser, en su más primigenio origen, una multiplicidad de partes que merecieron un proceso acorde. Y que en manos del artista que nos ha proveído de esta muestra, ha sabido consacrarse como una pieza única y perfecta, sin remaches ni retoques, sin parches y afinaciones. Una pieza entera, con su "cabito", su macizo cuerpo y un manso final, que apoya sobre el lecho esperando ser quien sabe, expuesto en alguna galería de arte contemporáneo.

2 comentarios:

  1. La tecnica del artista , utilizando el músculo en el momento justo para realizar el corte es digna de una ovación. Porque abre a su maxímo punto y al cortar lo hace parcialmente, dejando que sea la gravedad quien separe al bien llamado "plátano de ebano" del cuerpo.

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  2. Coincidimos plenamente en la fisiología del movimiento. El conocimiento de la anatomía permite realizar un análisis aun mejorado de nuestro relato.

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